Ante la interrogante acerca de cómo podrían definirse las condiciones actuales de existencia, se podrían resumir en una palabra: diversidad. Desde esta perspectiva, se enfatiza sobre el globalizado interés en evidenciar y valorizar positivamente las diferencias, no como elementos discriminatorios, sin más bien, en el reconocimiento de la diversidad humana como un valor y una estrategia indispensable para la adecuada convivencia de las personas. En esta misma línea, se reconoce esta diversidad en el espacio educativo, en el cual, a través de diferentes propuestas teóricas, se reconoce y valoriza la gran variedad de formas de aprender que existen, por lo que se hace necesario, la investigación y desarrollo de nuevas formas de mediar el aprendizaje.

En este contexto, se presenta la propuesta de mediación pedagógica del Aprendizaje basado en retos. Para iniciar, se hace necesario plantear la definición del término reto, que desde la Real Academia Española (2017) es entendido como un estímulo o desafío que genera una amenaza o situación complicada de resolver. En el contexto educativo, según lo expuesto por el Tecnológico de Monterrey (2015), el reto puede definirse como “una actividad, tarea o situación que implica al estudiante un estímulo y un desafío para llevarse a cabo (p. 5).” Por lo tanto, esta propuesta educativa se refiere a la posibilidad de generar experiencias de aprendizaje basadas en el planteamiento de retos para los aprendientes.

Desde la perspectiva del Tecnológico de Monterrey (2015), el aprendizaje basado en retos, es parte de la tendencia del Aprendizaje Vivencial, el cual, reconoce que las mejoras maneras de promover el aprendizaje es a través de la inmersión de los estudiantes en experiencias personales y activas, que les facilite la puesta en práctica de su conocimiento, en escenarios que recreen las condiciones reales, de la forma más similar posible. Estos autores continúan su argumento, citando a Moore (2013), quien define el aprendizaje vivencial, como aquel que se desarrolla a través de la presentación de un problema, sobre el cual los estudiantes deben investigar y descubrir información relevante, con el propósito de crear y probar soluciones novedosas, que luego serán discutirlas con otros estudiantes.


En el desarrollo de esta estrategia de aprendizaje a través de la experiencia, se propone el modelo de Kolb (1984) (citado por Tecnológico de Monterrey, 2015), el cual, establece cuatro fases: experimentación concreta, experimentación reflexiva, experimentación abstracta y experimentación activa. Según de Miguel (2016), estas cuatro fases pueden describirse como sentir, observar, pensar y actuar, respectivamente.

De esta propuesta educativa, se deriva la experiencia de Aprendizaje basado en proyectos, que según el Tecnológico de Monterrey (2015), se fundamenta en la posibilidad de ofrecer a los estudiantes la oportunidad de brindarle un significado _desde la práctica_ al aprendizaje, al mismo tiempo, que van desarrollando competencias técnicas y transversales pertinentes a su área de formación, al enfrentarse a situaciones educativas que representan retos y demanden procesos de pensamiento y actuación complejos. Para estos autores, los principales aspectos del aprendizaje basado en retos, son los siguientes:

  • Se fundamenta en problemáticas generales y abiertas de la vida cotidiana, de las cuales se debe extraer el reto.
  • Utiliza escenarios reales, ya que las situaciones a enfrentar no son ficticias, sino que se refieren a experiencias concretas y presentes en la sociedad actual.
  • Promueve la elaboración de una respuesta o solución real, no se queda solo en la definición teórica o conceptual de la propuesta, sino que implica su aplicación.
  • Contemplan los conocimientos previos y el desarrollo de las competencias en investigación.
  • Considera la realimentación y el trabajo colaborativo, concibiendo el error como una forma de aprender.
  • Plantea problemas complejos para que los estudiantes desarrollen procesos superiores de pensamiento.
  • Vincula lo que se aprende en el aula con la realidad del contexto en el que se vive.
  • Incorpora la tecnología como herramienta para la experimentación, así como, para la divulgación de sus descubrimientos y aportes.

Por lo tanto, esta propuesta de mediación exige, para la figura docente, una redefinición de su rol, ahora como colaborador en estas experiencias de aprendizaje, brindando orientación y motivación a los nuevos procesos de pensamiento que deben desarrollar los estudiantes. Desde el Tecnológico de Monterrey (2015), los profesores deben proponer la temática, garantizar que se vincule con los objetivos del curso, promover la responsabilidad y compromiso con el estudiante, supervisar procesos y facilitar interconsultas con otros colegas, evaluar y realimentar las propuestas, colaborar en procesos de negociación y resolución de conflictos, fomentar el pensamiento creativo y el asumir riesgos, entre otros. Como se observa, es una labor muy importante la que realiza el docente.

Esta propuesta de mediación surge a partir de una lectura reflexiva de la realidad, ya que actualmente los seres humanos nos desenvolvemos en condiciones cambiantes, que como se mencionó anteriormente, el reconocimiento de la diversidad, ha permitido la construcción y reconstrucción constante de nuevas condiciones de vida. En este sentido, la gestión de la información y el conocimiento se vuelve cada vez más compleja, ya sea por el aumento contante de su cantidad, así como, por la proliferación frecuente de nuevas fuentes para su difusión y consulta.

Ante estas condiciones, es indispensable que los procesos de formación profesional no se limiten a la transmisión de una serie de contenidos segmentados, según las áreas de conocimiento correspondientes, sino, que se desarrollen de forma integral distintos saberes conceptuales, procedimentales y actitudinales, necesarios para la formación de los ciudadanos que demanda nuestra sociedad actual. En este sentido, se debe facilitar que los estudiantes desarrollen procesos de pensamiento superiores, donde se tenga la capacidad de realizar el diagnóstico de una situación, definir sus principales características, clarificar la problemática específica para abordarla, indagar sobre ella con el fin de profundizar aún más en su comprensión, elaborar diferentes estrategias de solución que puedan ser probadas y analizadas con otros colegas, en fin, que sean estudiantes que se posicionen como profesionales expertos en el área de estudio, para finalmente, proponer una respuesta de solución al reto enfrentado.

Esta propuesta permite tener un acercamiento con la realidad social, laboral, económica _entre otros ángulos de mira_, a la cual, deben enfrentarse los estudiantes en su interacción cotidiana y en su desempeño laboral posterior, por lo que, facilita el desarrollo de las competencias requeridas en los sectores laborales actuales, que cada vez se vuelven más competitivos y exigentes. De esta manera, se promueve el pensamiento crítico, el trabajo colaborativo e interdisciplinario, la solución de problemas, la perseverancia, la creatividad, entre otros. A continuación, se presenta una imagen con los principales beneficios del aprendizaje basado en retos.

Fuente: Tecnológico de Monterrey, 2015, p. 20.

Para el desarrollo de esta estrategia de mediación pedagógica basada en la implementación de retos, no se recomienda el uso _ni se ofrece en este fascículo_ de un manual ni procedimiento estándar para llevarlo a cabo, ya que no hay reglas que garanticen su éxito. Ante esto, un principio orientador básico en este tipo de metodologías activas, es que cada grupo, cada temática y cada experiencia es distinta y, por lo tanto, es necesario leer las particularidades de esa realidad específica en la que se quiere aplicar la estrategia, para organizar los recursos y condiciones de manera que se pueda aprovechar al máximo los beneficios que ofrece al aprendizaje. Por lo que, se requiere más bien una actitud creativa y muy activa por parte del docente facilitador, al momento de planificarla y ponerla en práctica.

Ante este panorama, se sugiere la siguiente ruta de aplicación, inspirada en las propuestas del Tecnológico de Monterrey (2015) y de Miguel (2016), con el propósito de guiar el proceso de aprendizaje basado en retos, en el escenario de la educación superior de la UTN.

  1. Selección del estímulo: la particularidad del aprendizaje basado en retos, es que el docente debe elegir una problemática, pero desde una perspectiva general, es decir, que sea tan abierta que permita a los estudiantes visualizar distintas perspectivas de ese problema y que no se les imponga una condición específica sobre la cual trabajar. De esta manera, la problemática seleccionada debe convertirse en un estímulo que motive la reflexión y creatividad de los estudiantes, para la elección del enfoque que quieran brindarle. Además, se debe garantizar la vinculación con el contexto real de los estudiantes, es decir, con su comunidad o ambiente inmediato, de manera que facilite la conexión entre lo académico y la vida.
  2. Definición del reto: a partir de esa problemática los estudiantes deben realizar un proceso de análisis, sea de manera individual o en comunidades de aprendizaje, en el cual, deberán elegir el enfoque para abordar la problemática y así definir el reto que se plantearan. Una estrategia para hacerlo, es plantearse una pregunta clave, que abarque los intereses de los estudiantes y el docente, así como, que defina el contexto y alcances del reto. Este es un punto muy importante, ya que se está delegando en los estudiantes la responsabilidad de plantear su propia experiencia de aprendizaje, a partir de la definición de la situación, actividad o tarea que deberán ejecutar. Por lo que, el docente también cumple una función indispensable, ya que debe guiar y acompañar a los estudiantes, en este proceso de definición del reto.
  3. Intercambio sobre retos: una vez que se han establecido los retos es importante que se planteé una sesión o encuentro, en el cual, los estudiantes puedan compartir con sus pares y con el facilitador, la definición de los retos que elaboraron. De esta manera, se podrán generar espacios para el intercambio, la realimentación y el establecimiento de contactos o redes de apoyo para el trabajo se seguirá en las siguientes etapas.
  4. Selección del contenido: el siguiente paso implica la indagación o investigación que deben realizar los estudiantes para abordar adecuadamente el reto. Inicialmente, el docente puede ofrecer referencias pertinentes y contextualizadas que les permita obtener los conocimientos previos relevantes para su trabajo. Pero estos insumos, deben servir de base y orientación, para los posteriores procesos de investigación que realizarán los aprendientes de manera autónoma, con el fin de profundizar en la comprensión de la temática en estudio.
  5. Comunidades de expertos en la disciplina y transdisciplinares: otro aspecto importante de esta estrategia, es que reconoce la realidad compleja en la que se presentan las diferentes condiciones de vida, por lo tanto, se debe fomentar el trabajo colaborativo, no solo entre compañeros, sino también, en la organización de experiencias de consulta con personas expertas en el tema de interés, así como, con expertos en temas distintos pero que puedan relacionarse con el reto y que permitan tener una mejor perspectiva o contextualización de la situación.
  6. Solución concreta y real: basándose en la información obtenida hasta el momento, en siguiente paso consiste en reunirse en comunidades de aprendizaje o de manera individual _según se haya definido la modalidad de trabajo_ e iniciar con la creación y clarificación de soluciones para el reto planteado. Se pueden elaborar distintas propuestas de solución desde diferentes perspectivas del problema, pero se debe elegir la que se considere la más adecuada. Estas soluciones deben definirse de manera concreta y que respondan a las condiciones reales en las que se planteó el reto.
  7. Acción concreta: al plantear la solución desde condiciones reales, esta debe traducirse o concretarse en una acción, es decir, en aquella actividad o ejecución que se va a llevar a cabo, como respuesta al reto planteado. De esta manera, no es adecuado presentar soluciones irreales, pues no podrán visualizarse desde acciones concretas. Por lo tanto, es necesario aclarar que la propuesta seleccionada se pondrá en práctica, por lo que, deben analizar muy bien la viabilidad de su implementación en un escenario real.
  8. Espacios de realimentación: al completar el trabajo solicitado, se debe organizar un espacio caracterizado por un ambiente de respeto, escucha, pensamiento crítico y trabajo colaborativo. Todo esto, con el propósito de presentar las propuestas de solución de cada comunidad o de manera individual, para recibir y brindar información que les permita reflexionar sobre su trabajo, al tiempo que les facilite, plantearse opciones de mejora.
  9. Puesta en práctica: como momento culmen de esta experiencia, se incluye la aplicación de la solución, en las condiciones concretas en que se definió el reto. De esta manera, se realiza una integración entre el escenario de aprendizaje y el contexto real de la experiencia, en el que los estudiantes deben planificar, coordinar e interactuar de manera adecuada con todos los actores involucrados, para establecer una efectiva relación con la comunidad y, por ende, la implementación de la solución propuesta.
  10. Evaluación de la experiencia: en este proceso se incluye la información que se obtuvo de la valoración de los estudiantes, así como de las personas de la comunidad que estuvieron involucradas en la aplicación de la solución. Es importante que se integre la evaluación sumativa y la formativa, para facilitar los procesos de aprendizaje y de mejora para futuras aplicaciones. Es necesario integrar aquí, la utilización de instrumentos de evaluación que permitan orientar el proceso. En esta etapa, se debe analizar el alcance o no de los resultados de aprendizaje a los que responde esta estrategia de mediación pedagógica.
  11. Publicación: al tratarse de un proceso de investigación e intervención con la comunidad, es recomendado, definir una estrategia de publicación de los resultados de la experiencia, con el propósito de difundir la información generada. Esto permite visibilizar el trabajo realizado por los estudiantes, afianzar los aprendizajes desarrollados y promover la publicación académica – científica de la comunidad universitaria.

De esta manera, se presenta una serie de pasos que podrán orientar la implementación del Aprendizaje basado en retos. Esto no implica una receta que deba seguirse al pie de la letra, sino más bien, es una propuesta que integra los aspectos claves de esta metodología activa, de manera que cada docente pueda analizar y reorganizar _según los resultados de aprendizaje esperados y las características del grupo de aprendientes que acompaña_ para mediar el aprendizaje en sus cursos. Le invitamos a seguir investigando sobre esta metodología activa y a sistematizar sus experiencias de aplicación, para generar nuevos conocimientos en pro de la mejora continua de las prácticas docentes.

Real Academia Española. (2017). Reto. Diccionario de la Real Academia Española. Recuperado de http://dle.rae.es/srv/search?m=30&w=reto

Tecnológico de Monterrey. (2015). Aprendizaje basado en retos. Reporte EduTrends. Observatorio de Innovación Educativa del Tecnológico de Monterrey. Recuperado de https://observatorio.itesm.mx/edutrendsabr/

De Miguel, M. L. (2016). Aprendizaje basado en retos. Tendencias. Recuperado de http://alquimiacoach.com/tendencias-aprendizaje-basado-retos/

 


María Rebeca Quesada Murillo

Asesora académica

Fascículos Navegando juntos.

Centro de Formación Pedagógica y Tecnología Educativa

Vicerrectoría de Docencia.

Universidad Técnica Nacional

2018

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